domingo, 14 de enero de 2024

BALENCIAGA: LA PERFECCIÓN DE LA TÉCNICA

 Últimamente estamos oyendo hablar mucho sobre la figura de Balenciaga, a raíz de la serie que Disney+ ha creado sobre el baluarte de la moda española del último siglo. Y no es para menos, Balenciaga fue, es y será un referente en la moda del siglo XX.

Pude pasarme ayer por la exposición que ha hecho el canal de televisión en el Real Jardín Botánico, donde se exponían reproducciones de los trajes de Balenciaga, y a pesar de que no eran los originales, el mimo al detalle que han puesto las modistas y sastres que han hecho el vestuario para la serie se ve, se nota y se palpa.

Detalle de los pespuntes invisibles 
en la unión de las copas

Utilizando técnicas tradicionales de alta costura, han recreado perfectamente el aura de diseño y artesanía que debe tener la alta costura. Si te acercas y miras los trajes al detalle puedes ver la maravilla de los bordados a mano, los cortes a tijera (no cortado a láser como se hace ahora), las cremalleras puestas con pequeñas puntadas invisibles (y no cosidas a máquina), los detalles rematados a mano... una maravilla que pude admirar en primera persona. Os aconsejo fervientemente esta exposición y, por supuesto, estoy deseando ver el estreno de la serie. 



Vamos al lío:


Terciopelo bordado y recortado a
mano con bastidor.


Cristóbal Balenciaga nace en Getaria (Gipuzkoa) en 1895, y hereda su pasión de la costura de su madre Martina, que, al enviudar, se ha de hacer cargo de la economía familiar y comienza a coser para familias aristocráticas. Martina va a ser el referente y la inspiración de toda la carrera de Balenciaga. Podemos trazar su primer paso en la Alta Costura a principios del siglo XX, cuando conoce a la Marquesa de Casa Torres (abuela de la futura reina Fabiola de Bélgica) y elabora un vestido para ella. Queda tan prendada de la técnica y la perfección del diseño y la confección de Cristóbal, que se convierte en su mecenas y le financia su estudio en una sastrería de Donosti. Diez años después abre su primer taller con la ayuda de su hermana y comienza a ser un éxito. Ante la buena trayectoria, abre un nuevo taller en Madrid y crea Eisa: su segunda línea de negocio de moda más asequible.





Detalles bordados a mano

La perfección en la técnica, la importancia del detalle y la limpieza del acabado, junto la potenciación de la figura de cada clienta, adecuando sus diseños y las perfectas réplicas de Madeleine Vionnet a las líneas y medidas de cada clienta, ya hacen presagiar el gran maestro que está destinado a ser.

Tras una trayectoria de éxito en España, Cristóbal y sus socios presentan su primera colección de Alta Costura en París en 1937, generando una tibia respuesta y pocos encargos.  Los comienzos en Europa son duros, debido al sofisticación de la moda Europea, marcada por Coco Chanel y la opinión de Carmen Snow, editora del Harper's Bazaar. Además, Europa se preparaba para el desencadenante de la Segunda Guerra Mundial, que se veía fraguar en los fuegos del auge del fascismo que estaba consumiendo a España en su inaugurada Guerra Civil,  y hay poco espacio para la Alta Costura, a menos que sea algo original, algo nuevo, algo brillante y poderoso. Cristóbal entiende que tiene que encontrar un estilo propio y único que defina su nombre en Europa. Ante la ocupación alemana en París, muchas de las Maisons deciden cerrar: la inflación en escalada, la escasez de telas y materias primas hacen que sea imposible, para muchas de las Casas de Alta Costura de París, seguir adelante. Pero Balenciaga importa telas desde España y puede continuar con su Maison Balenciaga abierta pese al corte de suministro textil francés. Pronto, grandes clientas como la duquesa de Windsor o Marlene Dietrich empiezan a hacerse eco de su talento y acabará convirtiéndose en uno de los diseñadores más importantes de todos los tiempos.

El mítico vestido Sobre de 1967, baluarte
de la destreza técnica conseguida. realizado
en satén de seda negra.




Así, terminada la guerra, Balenciaga ya es considerado uno de los reyes de la Alta Costura parisina. Puesto que se ve amenazado con la irrupción de un nuevo diseñador, Christian Dior y su "New Look" a finales de los 40. Balenciaga entra en los 50 con la creación de los trajes semientallados y su nueva línea "Midi", los trajes de línea barril, el vestido túnica, el vestido Baby Doll y el estilo semiajustado.








En 1957 consigue la tela perfecta para sus diseños: el Gazar, un textil semirrígido y moldeable, con hilos de seda de doble torsión que permite ser manipulado creando volumen sin añadir más peso a la prenda. El Gazar será la tela perfecta para tener el control absoluto: desde la fabricación hasta la forma perfecta que adquiere en el cuerpo de la clienta.

Vestido "Le Chou". 1967. Echarpe en gazar negro y
vestido en crepé de seda.
Un ejemplo clarísimo de cómo se comporta el
Gazar, creando sublimes volúmenes.

Así, con la creación de este estilo tan definido que hace que puedas ver un vestido en una gala y sepas directamente de qué Maison ha salido, hace que en 1960 le encarguen el pico de su carrera: el vestido de novia de Fabiola de Mora y Aragón, futura reina de Bélgica. 

Vestido de novia realizado para Fabiola 
Bélgica.

Las ventas se disparan y hay lista de espera para acceder a sus nuevas colecciones. El fervor y la demanda es tal que otorga licencias exclusivas de reproducción de alguno de sus vestidos para poder comercializaros en Estados Unidos.


Vestido globo en satén de seda bicolor.
Posee una estructura interior para mantener
el vestido flotando sobre el cuerpo.1958 


Ocho años después, a finales de los años 60, Cristóbal decide cerrar la Maison Balenciaga, alegando que no puede permitir que su creación continúe sin él, como ha pasado en otras casas hito de la Alta Costura parisina: Chanel o Dior. También coincidiendo con la decadencia de la Alta Costura debida a la competencia del Prèt-à-Porter y la disminución de la calidad de las telas.  Asimismo, comienza un nuevo fenómeno a combatir: la difusión de las nuevas colecciones a través de las revistas de moda, hace que la piratería sea una realidad, copias aisladas comienzan a venderse en grandes almacenes de Nueva York abaratando los precios, disminuyendo la calidad y comenzando a producir en serie.




Vestido en crepé de seda en dos piezas
con cinturón y sobrefalda integrada y
capulina en seda salvaje. 1949



Hablaremos en posteriores post sobre la Alta Costura y la Casa Worth, y el Prèt-à-Porter, temas interesantísimos para los amantes de la moda Histórica como una humilde servidora.





Vestido Tulipán. 1965




BALENCIAGA: LA PERFECCIÓN DE LA TÉCNICA

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